Feng Shui: recomendaciones en casa
La cuarentena por el COVID-19 nos obliga a estar en casa. Nuestro hogar se ha convertido ahora en el único espacio en el que pasamos el día y la noche, un espacio en el que se trabaja, se come, se descansa, se cuida de los niños y mayores, se hace ejercicio… se vive. Por eso es importante que en él viva la armonía y no es suficiente con mantener el orden.
Los expertos recomiendan el Feng Shui, la antigua disciplina China que se considera el arte de armonizar el ambiente para favorecer el propio bienestar. Se puso de moda hace décadas pero ahora, dadas las circunstancias, vuelve con fuerza. Dependiendo de la estancia o el espacio, el Feng Shui recomienda colores u orientación para atraer o captar más energía, así como para favorecer diferentes acciones de nuestros organismos.
La cocina es de especial importancia ya que gracias a la cuarenta nos obliga a desayunar, almorzar y cenar en nuestra casa. Este lugar fue, durante años, el epicentro de la vida familiar y ahora recobra su función y su poder de convocatoria. El color ideal para la cocina es el amarillo o mostaza, es el color del sol y nos aportará mucha energía. Además, según la filosofía feng shui, es favorecedor de una buena digestión.
Las recomendaciones de salud indican que es fundamental que nos lavemos las manos varias veces al día para evitar los contagios, por ello entramos al el baño muchas más veces que antes. En esta estancia se utilizan preferentemente los colores fríos, como el azul, turquesa y verde claro. Son refrescantes y relajantes porque recuerdan al agua, además de que expresan limpieza y aseo. Si el ambiente resulta un poco triste, se puede crear contraste con tonalidades más vivas en los objetos de decoración como las jaboneras, las toallas, los accesorios (cepillos, jabónes, productos del cabello, etc)
El Home Office se convirtió en la principal actividad de la mayoría de los trabajadores, pero, trabajar desde casa no es tan fácil como parece, sobre todo para las personas que lo hacen por primera vez. Los expertos en moda ya nos han dado sus consejos y para trabajar o estudiar es aconsejable elegir tonos beige combinados con verdes y azules claros que inducen a una atmósfera placentera, cómoda para los ojos (por tantas horas frente a la computadora) y de especial relajación.
Es fundamental escoger los espacios y no hacer todo en el mismo sitio. Es decir, delimitar distintos lugares para hacer cosas difrentes: no trabajar ni comer en la cama, no estudiar en la cocina, no dormir en el comedor. Cada habitación o espacio tiene que tener su función.
El dormitorio es para mucha gente su santo grial, un lugar en el cual descansar, relajarse, despejar la mente. Aquí iniciamos el día y aquí lo terminamos. Los tonos claros como el blanco y el beige son la moda desde hace siglos, ya que representan pureza y tranquilidad y son los ideales para favorecer el sueño.
También se pueden utilizar colores menos fríos, como el rosa o tonos tierra y ladrillo. La cama deberá estar situada con los pies no direcciondos a la puerta, pero que podamos ver la puerta y la ventana, siempre orientado al norte para mejorar la energía vital y la salud. Debemos evitar siempre estampados y colores neon en los textiles, escogiendo en cambio, colores lisos y cálidos que aportan orden y armonía.
El último consejo es el mismo desde hace décadas: NO ACUMULAR. Y como siempre ‘menos es más’. Dadas las circunstancias, tenemos la oportunidad perfecta para depurar nuestro hogar, ordenar, limpiar y aprovechar para deshacernos de cosas que acumulamos hace años. Cosas que generan ruído visual y son un desastre energético y decorativo. Poco a poco, cajón por cajón, cuarto por cuarto, tenemos tiempo de sobra.
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